Page 92 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
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 FACTORES AMBIENTALES
DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE
3. TRATAMIENTOS
La descripción de la microbiota y su relación con distintas patologías tiene como fina- lidad no solo el mayor conocimiento de la enfermedad sino la posibilidad de explorar nuevas vías de tratamiento de las mismas. Conocemos que las interacciones entre la mi- crobiota y el cuerpo humano tienen lugar de forma bidireccional, es decir, existe una co- municación entre ambas partes. Sin embargo, se desconoce la naturaleza de estas señales y, por tanto, más aún su regulación. Esto dificulta estimar la eficacia de un tratamiento modulador de la microbiota.
3.1. PROBIÓTICOS
Entre los tratamientos moduladores más empleados hasta la fecha está el uso de probió- ticos (microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas con- fieren un beneficio a la salud del hospedador), prebióticos (ingredientes que favorecen el crecimiento de determinadas especies en la microbiota, confiriendo así beneficios a la salud) o combinaciones de ambos (simbióticos). Estos tratamientos tienen como finali- dad recuperar una microbiota “sana” o las funciones de esta que se ven alteradas por la enfermedad. A pesar de la enorme diversidad de la microbiota y por tanto de la variedad de microorganismos que a priori podrían emplearse como probióticos, la gran mayoría de los disponibles en la actualidad se concentran en tan solo 2 géneros bacterianos, Lac- tobacillus y Bifidobacterium. El uso preferencial de lactobacilos y bifidobacterias se debe, por una parte, a que se los considera avirulentos; de hecho, muchas especies gozan del estatus GRAS (generally recognized as safe) de la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense y QPS (qualified presumption of safety) de la Autoridad Europea de Se- guridad Alimentaria (EFSA). Por otra parte, son los organismos más estudiados como probióticos y sus propiedades beneficiosas están contrastadas.
El estudio de la microbiota y su relación con la EM es todavía muy reciente. La falta de estudios estandarizados realizados en grandes poblaciones dificulta la comparación y unificación de resultados. Todo ello hace que todavía sean muy minoritarios los estudios moduladores llevados a cabo y estos en su mayoría son estudios piloto realizados en un número muy limitado de personas. Sin embargo, todo apunta a que estos estudios irán creciendo en los próximos años. Entre los trabajos realizados hasta la fecha destacan los llevados a cabo en el modelo murino de EM (EAE). El trabajo realizado por Lavasani et al. demuestra cómo la administración de varias cepas probióticas de lactobacilos (Lac- tobacillus paracasei DMS 13434, Lactobacillus plantarum DSM 15312 y Lactobacillus plantarum DSM 15313) previene o retrasa la aparición de EAE. Por otra parte, ensayan el uso de estas mismas cepas como tratamiento una vez desarrollada la enfermedad, ob- servando una marcada mejora clínica cuando se administran las 3 cepas conjuntamente (Lavasani 2010). Recientemente, se ha publicado un estudio piloto en el que se lleva a cabo la administración del probiótico comercial VSL#3®, que consiste en una mezcla de 8 cepas de los géneros Streptococcus, Bifidobacterium y Lactobacillus, en pacientes de EM. A pesar del pequeño tamaño poblacional de este estudio (9 frente a 13 pacientes), pudo observarse una respuesta inmune antiinflamatoria y un aumento de los niveles de butirato durante el tratamiento (la modulación no se mantiene una vez se suprime el
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