Page 45 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
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 VITAMINA D Y OTROS FACTORES AMBIENTALES
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7 millones de militares norteamericanos, encontrando que niveles séricos de vitamina D > 40 ng/mL tenían un riesgo un 62% más bajo de desarrollar EM que aquellos que pre- sentaban valores < 25 ng/mL(16). Posteriormente, estos resultados fueron corroborados estudiando la cohorte sueca de embarazadas(17), en las que se vio que niveles > 30 ng/mL conferían un efecto protector de similar magnitud. Los niveles de vitamina D al naci- miento se han relacionado con el riesgo posterior de EM, tal y como se ha detectado en el registro de recién nacidos daneses(18): los niños con niveles < 12 ng/mL al nacimiento tendrían un riesgo especialmente alto de desarrollar EM en la edad adulta.
Más aún, parece que los niveles de vitamina D en la madre durante el embarazo in- fluirían en el riesgo de EM en la descendencia. Así, existen dos grandes estudios, cohorte americana en 2011 y finlandesa 2016, que han abordado esta cuestión. Este último estudio se basa en la cohorte de maternidad finlandesa que comprende 800.000 mujeres registradas desde 1983. Se detectaron 1.193 mujeres con EM entre su descendencia y se compararon los niveles séricos de vitamina D maternos con los de 326 controles. Estos fueron deficien- tes en ambos grupos, pero significativamente inferiores en el de las madres de pacientes con EM (13,9 vs. 15,0 ng/mL; p = 0,006), siendo el riesgo de EM en la descendencia un 90% superior entre las madres, con niveles < 12,0 ng/mL comparadas con aquellas madres que no presentaban valores deficientes (p = 0,006). Estos datos sugieren que la deficiencia de vitamina D durante el embarazo incrementaría el riesgo de EM en la descendencia(19).
4.1.3. Niveles de vitamina D en esclerosis múltiple
Ya en fases tempranas de la enfermedad, primeros brotes o incluso en el síndrome clí- nicamente aislado (clinically isolated syndrome –CIS–) (véase más abajo), es frecuente encontrar niveles de vitamina D en torno a 20 ng/mL, tal y como se ha descrito en numerosas publicaciones(1). La insuficiencia de vitamina D al inicio de la enfermedad se podría explicar parcialmente por anormalidades en el metabolismo de la vitamina existentes en dichos pacientes. Posteriormente, en el curso de la enfermedad, los ni- veles séricos de vitamina D tienden a disminuir más aún. Dos factores principales se asociarían con este hecho: el fenómeno de Uhthoff (empeoramiento clínico transitorio de los síntomas preexistentes secundario al aumento de temperatura corporal) y la dis- capacidad progresiva, que condicionarían una menor realización de actividades al aire libre y exposición solar.
4.2. EFECTO DE LA VITAMINA D EN EL SÍNDROME CLÍNICAMENTE AISLADO
Se realizó un análisis post hoc de los datos obtenidos en el BENEFIT (ensayo fase 3, mul- ticéntrico, prospectivo, aleatorizado, doble ciego) en el que se reclutaron 468 pacientes con diagnóstico de CIS estudiando el efecto del tratamiento precoz vs. tardío con Betafe- ron®. Se determinaron los niveles de vitamina D al inicio y a los 6, 12 y 24 meses. Tenían al menos un registro de dichos niveles 465 pacientes y en 303 se obtuvieron las 4 deter- minaciones. Se ajustaron las medidas según la estacionalidad y se hizo un seguimiento clínico y radiológico durante 5 años. Durante el periodo de seguimiento, el 81,3% de los pacientes convirtieron a EM según criterios de McDonald 2001 y el 46,6% convirtió a EM clínicamente definida (EMCD, según presencia únicamente de brotes o progresión).
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