Page 37 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
P. 37

 VITAMINA D Y OTROS FACTORES AMBIENTALES
02
génica. En ellos participa un VDR no clásico, presente en la membrana plasmática (en dominios de balsas lipídicas), que desencadena cascadas de señalización celular que con- ducen a la activación e inhibición de enzimas concretas. Sin embargo, esta vía puede actuar de manera indirecta sobre el genoma, mediante la activación de otras vías de regulación de la transcripción(2).
Dentro de estas acciones cabe destacar la estimulación rápida del transporte de calcio intestinal, la regulación de enzimas y canales iónicos, cambios en la fluidez de la membra- na o acciones sobre la matriz extracelular. Además, los efectos derivados de estas acciones pueden actuar sinérgicamente con los producidos por la vía clásica de actuación de la 1α,25-(OH)2-D.
3. VITAMINA D EN LA ETIOPATOGENIA DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE
3.1. INMUNORREGULACIÓN
Como se ha mencionado previamente, la vitamina D ejerce una amplia variedad de funciones en el organismo. Entre ellas, la que implica una relación más directa entre la deficiencia de la vitamina D y el desarrollo de esclerosis múltiple (EM) es la inmuno- rregulación. La fisiopatología de la EM muestra una alteración general de la respuesta inmunitaria. En general, los efectos mediados por la vitamina D desencadenan accio- nes antiinflamatorias o frenan las proinflamatorias (promueve la respuesta T-reguladora, mientras que inhibe las respuestas TH1 y TH17, entre otras)(1).
Se ha descrito la presencia del VDR en casi la totalidad de las células inmunitarias, estando su expresión asimismo regulada por señales inmunitarias; mientras que la ex- presión aumenta en los linfocitos tras su activación, se reduce como consecuencia de la maduración de monocitos a células dendríticas y macrófagos.
Como se ha mencionado previamente, las células del sistema inmunitario también expresan enzimas implicadas en el metabolismo de la vitamina D. En general, todas las células en las que la vitamina D ejerce función expresan el CYP27B1, aunque su regu- lación es diferente a la que tiene lugar en el riñón y en ella participan citocinas, factores activados por respuesta inmunitaria, etc. Esto posibilita un efecto y control directos de la vitamina D sobre el sistema inmunitario(4) (Figura 2).
En relación con la respuesta inmunitaria innata, la vitamina D favorece el control de patógenos y la diferenciación de los monocitos hacia células dendríticas y macrófagos. En concreto, se estimula la expresión de defensinas, la actividad de la óxido nítrico sintasa, la ruta de señalización de NF-κB, etc.(5). La falta de vitamina D conlleva la desregulación de esta respuesta, lo que estaría relacionado con la hipótesis que relaciona las infecciones virales con el desarrollo de EM.
La vitamina D también actúa en la respuesta inmunitaria adaptativa, favoreciendo un ambiente antiinflamatorio. Frena la maduración de las células dendríticas, reduciendo también la expresión de moléculas presentadoras de antígenos, así como de moléculas coestimuladoras (CD40, CD80, CD86, CD83...). También inhibe la síntesis de citoci- nas proinflamatorias, como la interleucina 12 (IL-12) o la IL-23, encargadas de conducir hacia una respuesta TH1 o TH17, respectivamente. Por el contrario, estimula la libera- ción de IL-10, una citocina antiinflamatoria. En el caso de los macrófagos, acontece un
  37
   






















































































   35   36   37   38   39