Page 23 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
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 VIRUS
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evadir el reconocimiento y la activación del sistema inmune del huésped; por ejemplo, me- diante la reducción de la presentación de antígenos al interferir con la expresión de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad o mediante la disminución de las moléculas coestimuladoras y la evasión del control de células natural killer (NK). Por tanto, el estableci- miento de latencia por parte del CMV puede tener un impacto en la salud del hospedador: por una parte, podría contribuir a la patogenia de distintos desórdenes inflamatorios cróni- cos y, por otra, podría conferir inmunidad innata heteróloga frente a otros patógenos.
Si el CMV puede ejercer alguna influencia sobre la EM y cuáles serían los posibles mecanismos implicados en su patogenia son temas que han generado cierta controversia en los últimos años. Así, la seropositividad al CMV se ha correlacionado con un curso peor de la enfermedad, aunque también con todo lo contrario. Tras un primer estudio publicado en 2014 en Suecia, con una cohorte de 658 pacientes con EM y 786 controles sanos, se concluyó que la presencia de anticuerpos específicos frente a CMV se asociaba con un menor riesgo de padecer EM(21). Posteriormente, otros trabajos obtuvieron datos similares que parecían relacionar la presencia de estos anticuerpos frente a CMV con un mejor pro- nóstico clínico, una mayor edad de inicio de la enfermedad y una disminución de la atrofia cerebral. En contraste con estos trabajos iniciales, se ha descrito también que la presencia de anticuerpos frente a CMV, en pacientes con EM, se asocia a un menor tiempo entre brotes, un aumento en el número de los brotes y una mayor atrofia cerebral. Un reciente metaanálisis sobre 1.341 pacientes con EM y 2.042 controles sanos no arrojó un resultado concluyente sobre la relación entre la infección por CMV y la aparición de EM(22).
Se sabe que la infección por CMV promueve, en los individuos sanos, una redistri- bución adaptativa de las células NK. Esta redistribución se caracteriza por una expansión persistente de un subconjunto de células NK maduras que muestran en su superficie niveles elevados del receptor CD94/NKG2C, junto con características fenotípicas y fun- cionales adicionales que pueden tienen implicaciones más amplias en la inmunidad del hospedador. Esta expansión de células NKG2C+ impulsada por la infección por CMV puede ser variable. Con el objetivo de abordar si los cambios inducidos por la infección por CMV en relación con las células NK podrían estar relacionados con el curso clínico de la EM, se publicó un trabajo en el que se estudió el inmunofenotipo y el genotipo de las células NKG2C+ como posibles factores pronósticos en la progresión de la dis- capacidad. Los autores encontraron que la expansión de células NKG2C+ en pacientes CMV+ confirió un menor riesgo de progresión en el análisis de regresión de Cox, en comparación con pacientes con una proporción menor de células NKG2C+, por lo que los autores concluyen que la infección por CMV podría ejercer una influencia benefi- ciosa sobre la EM, disminuyendo el riesgo de progresión de la discapacidad en aquellos pacientes que presentan una expansión de células NKG2C+ impulsada por este virus(23).
Sin embargo, debido a la naturaleza persistente de la infección por CMV y dependien- do del grado de infección, también puede producirse una importante acumulación de célu- las T de memoria específicas de CMV (que en promedio pueden llegar a representar el 10% del compartimento total de las células T de memoria). Como consecuencia de este gran porcentaje de células T de memoria específicas de CMV, la vigilancia inmunitaria podría volverse menos efectiva con el tiempo, llegando a comprometerse la inmunidad normal.
Recientemente, se ha publicado un estudio en el que, utilizando una combinación de datos humanos y modelos animales, se ha investigado si el CMV en sí mismo es capaz de
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