Page 51 - XXIV Monografías en Esclerosis Múltiple
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 PATOGENIA DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE
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ges, indicando que la activación inmune en este compartimento contribuye a la patología cortical en la EM. Además, en EMSP la inflamación meníngea se asocia con el daño a la glía adyacente y se observa un gradiente de pérdida neuronal mayor en las capas corticales superficiales más cercanas a la superficie pial que en las capas corticales internas. Estos ha- llazgos sugieren que los factores citotóxicos que se diseminan de las meninges infiltradas pueden jugar un papel importante en el desarrollo de la lesión cortical subpial. De he- cho, la presencia de FL en pacientes con EMSP se ha asociado con una edad más baja al inicio de la enfermedad, una discapacidad más grave y mayores tasas de mortalidad(21,23). Sin embargo, algunos estudios no han reportado una infiltración perivascular sustancial en lesiones intracorticales puras encontradas post mortem, en cerebros de pacientes con EM progresiva de larga duración(17). Esto podría ser una cuestión de tamaño de muestra reducido o bien de actividad inflamatoria insuficiente en el tejido cerebral analizado.
La ausencia de FL en la EMPP plantea dudas sobre una diferencia fundamental entre la EMPP y la patología de la EMSP. Asimismo, se ha encontrado un mayor nú- mero de células perivasculares infiltrantes en las lesiones activas crónicas de la EMSP comparadas con la EMPP, lo que apunta a un entorno menos inflamatorio en estos pa- cientes(26). En contraste, no se han observado diferencias significativas entre la EMSP y la EMPP en la desmielinización cortical de la sustancia blanca de apariencia normal o el daño axonal(27), lo que lleva a la mayoría de los autores a concluir que no hay diferencias en el mecanismo de enfermedad subyacente a la EMPP y la patología de la EMSP. Las diferencias observadas entre los diferentes cursos de la enfermedad son de naturaleza más cuantitativa que cualitativa.
Debido a que los estudios serológicos y epidemiológicos han encontrado una asocia- ción entre la infección por el virus de Epstein-Barr (EBV) y la EM(28), se ha planteado la hipótesis de que la infección por EBV de células B infiltrantes del SNC puede conducir a la patología de la EM. Sin embargo, esto sigue siendo un tema controvertido, ya que algunos grupos informan la ausencia de infección EBV en el cerebro de EM, mientras que otros reportan la presencia extensa del virus(29,30). La colonización de las lesiones cor- ticales se ha asociado con la presencia de células EBER-positivas. Además, se encontró que la expresión de las proteínas líticas del EBV BZLF1 y BERF1 estaba restringida a las células plasmáticas localizadas en lesiones corticales activas.
Es interesante notar que los Ag EBV líticos tempranos provocan respuestas inmuni- tarias mediadas por linfocitos CD8+, desencadenando fuertes efectos citotóxicos en el tejido cerebral(31). De hecho, las lesiones corticales más activas de la EM presentan un importante número de células T CD8+ y contienen pocas células B o células plasmáticas, lo que sugiere que la inflamación cortical podría correlacionarse con la reducción del número de células B o células plasmáticas infectadas por EBV(32). Estos hallazgos sugieren que la reactivación de EBV combinada con la respuesta antiviral citotóxica subsiguiente puede conducir a una inflamación aguda tanto en la sustancia blanca como en la sus- tancia gris, así como en el compartimento meníngeo. Los linfocitos T citotóxicos CD8+ (CTL) también pueden reconocer Ag presentados por oligodendrocitos y neuronas. Una vez activados, pueden ser parcialmente responsables de la desmielinización y el daño axonal/neuronal encontrado en la EM(19). Sin embargo, aún existe controversia sobre los mecanismos moleculares subyacentes a través de los cuales los CTL dañan a los axones y neuronas en la EM. Los CTL liberan citocinas proinflamatorias como TNF-α e IFN-γ,
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