Page 42 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
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 FACTORES AMBIENTALES
DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE
sistemas nervioso e inmunitario. Tanto es así, que se ha descrito la existencia de un eje “intestino-cerebro”, en el que ambos son capaces de regular la homeostasis del otro. En el caso particular de la EM, se ha observado una relación entre la existencia de disbiosis in- testinal (alteraciones en la composición de la microbiota) y el desarrollo de la enfermedad.
La vitamina D posee características antibióticas y es capaz de regular la expresión de péptidos microbianos, defensinas, reguladores de autofagia, etc. Por tanto, cabe pensar que dichos efectos también puedan tener una repercusión en la microbiota intestinal. Hay estudios que muestran cómo la ausencia de VDR da lugar a la aparición de disbiosis. Sin embargo, se desconoce el mecanismo exacto de regulación de la microbiota intestinal por parte de la vitamina D(15).
Dado que tanto la hipovitaminosis D como la disbiosis intestinal son factores de sus- ceptibilidad para padecer EM, podría existir bien una relación de causalidad o bien una potenciación de ambos, que conduciría, en cualquier caso, al desarrollo de la enfermedad.
3.5. ENCEFALOMIELITIS AUTOINMUNE EXPERIMENTAL
La encefalomielitis autoinmune experimental (EAE) es el modelo animal de EM más uti- lizado, generalmente llevado a cabo en roedores. La mezcla de desmielinización, inflama- ción, pérdida axonal y gliosis da lugar a la representación más parecida de la enfermedad conseguida en modelos animales. La diversidad de métodos de inducción de la EAE la convierte en un modelo versátil y apto para el estudio de la enfermedad, así como para posibles dianas terapéuticas.
En este sentido, la vitamina D ha resultado ser eficaz en el tratamiento de la EAE. Hay estudios que demuestran cómo la administración de vitamina D puede reducir la sintomatología de la enfermedad, así como frenar su evolución. También se observan va- riaciones en las poblaciones de células inmunitarias, así como en los niveles de citocinas relacionadas con la enfermedad, como consecuencia del tratamiento con vitamina D(1).
Si bien es verdad que no existe un reflejo directo entre la EAE y la EM, y que hay que tomar estos resultados con cautela, el hecho de que la vitamina D sea efectiva como tratamiento en la EAE aporta validez al posible efecto beneficioso de la vitamina D en el tratamiento de la EM.
3.6. FACTORES DE CONFUSIÓN
Pese a todas las evidencias que apuntan a la participación de la vitamina D en la etiopato- genia de la EM, hay que tener en cuenta la existencia de factores que puedan distorsionar estas relaciones. Por ejemplo, hay factores como el color de la piel, la dieta, la exposición al sol o el uso de protección solar, entre otros, que pueden modificar los valores de vita- mina D en los individuos.
También hay que tener en cuenta la estacionalidad de los niveles de vitamina D, pues- to que fluctúan enormemente a lo largo del año, así como la genética de los pacientes, siendo recomendable el empleo de la aleatorización mendeliana para realizar los estudios.
En cuanto a los métodos de detección, se debe considerar la variabilidad que existe entre ellos, evitando comparar valores obtenidos por distintos métodos, pues entre ellos hay diferencias en términos de sensibilidad y especificidad.
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