Page 53 - MONOGRAFIA 25, de Esclerosis multiple
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VITAMINA D Y OTROS FACTORES AMBIENTALES
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más adecuado de suplementación no han encontrado diferencias entre posologías diarias, semanales, mensuales, bimensuales e incluso trimestrales, debiendo evitar las pautas de administración anual con dosis altas (300.000-500.000 UI) por el aumento del riesgo de caídas y fracturas observado. Se recomienda realizar monitorización del tratamiento a los 3-4 meses de iniciado y, una vez alcanzadas las concentraciones séricas deseadas, continuar con dosis de mantenimiento para prevenir un nuevo descenso en las con- centraciones de 25-OH-D y efectuar controles semestrales (ya que no existen depósitos permanentes en el organismo, produciéndose la desaparición progresiva en 6-8 semanas tras una ingesta única o exposición solar aislada)(1,29).
Teniendo en cuenta la evidencia científica y las recomendaciones de las organizaciones de endocrinología, parece razonable realizar la suplementación con dosis no superiores a 2.000- 4.000 UI/día, intentando mantener niveles séricos en torno a 40-60 ng/mL, para lo cual, además, debemos considerar las variaciones de la vitamina D debidas a la estacionalidad.
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9. CONCLUSIONES
• El déficit de vitamina D en edades tempranas de la vida, incluso intraútero, parece ser un factor de riesgo para el posterior desarrollo de una EM.
• Se ha relacionado la presencia de niveles bajos con un mayor riesgo de conversión de CIS a EM o una mayor actividad clínica y radiológica, y progresión/discapacidad de la enfermedad.
• La exposición solar a través de la radiación UVB desencadena procesos inmuno- moduladores independientes de la vitamina D, siendo un importante factor de con- fusión en los ensayos clínicos por la dificultad para distinguir entre ambas acciones.
• El uso combinado de vitamina D con algunos DMT (IFN-β, fingolimod y natalizu- mab) podría conferir un beneficio añadido aumentando la efectividad sobre la actividad clínica y radiológica de la enfermedad. Esta potenciación no se ha detectado con el AG.
• Existe una mayor discordancia en los resultados de los estudios de suplementación una vez ha debutado la enfermedad, pero parece que niveles elevados (40-50 ng/ mL) confieren un efecto protector sobre la actividad y el riesgo de conversión.
• Es precisa la realización de estudios bien diseñados y con la potencia suficiente para poder intentar confirmar el posible beneficio de la suplementación, así como las dosis y los niveles séricos óptimos en estos pacientes.